VI, Allgemeine Besprechungen 2, Ausschnitte 1920–1928, Seite 1

— eenenenn
gasta un apellid
mdame —42
910
# el pueblo vienes
Lbios brillantes, estaban la Goya y Ia#ficial como el munde se lo imaging.
sin emnbargo, las lbrerias
corchete.
Ademäs de los valses de Strauss he. Wia eidund aumentan enermemente s
Gioconda, pero no estaba Luonardo
mos producido acero y aparatos deperisteneias. Y puede decirse que
A la verdad es una pena que los
de Vinci. En fin, muchas mäs que co¬
asombroso el nümero de lihres que
cirugia, y hemos contribuido al pro¬
relevantes esfuerzos de Misa, que ha
expenden bellamente ilustrados
noce perfectamente Hernändez de Guz¬
greso de la ciencia de la eriminolo¬
Ahf tiene usted, prosiguió mi i
ido personalmente por Italia entresa¬
män y que fué enumerändolas por ca¬fgla. A veces se nos pone frente a los
terlocufor. De un lado una prope
alemanes para que sirvamos de con¬
cando artistas, no se vean recompen¬
siön a aceptar la medioere demagog
tegoria de mérito, que nadie como el##raste. Aquf hay que hacer notar una
sados. Me lo figuro ya, cômo habra
Del otro, un sincero deseo por tei
cesa. Nos diferenclamos de los pru¬
sabe apreciar, siendo asiduo concurren¬
lo mejor que el arte y la ciencia p
siancs, pues los alemanes del sur 30
luchado con tanto primo tenore“ que
te a todos los espectäculos.
duce. Estän dispuestos“ a reirse
rèrecen bastante a nosotros.
le cayera encima, persiguiendo una
nuestros pronios talentos y a ace
Una noche, en suma, deliclosa, a! —El crecimiento de Viena ha sido
tor inmediatamente los talentos d
contrata, y cômo habra tenido que re¬
laborloso, especialmente en un senti¬
extranjero.
pesar de que no estaba 'la gente co¬
sistir a los envites de no pocas sopra¬
do. Al prineipio le costaba trabajo
Ei principe heredero Franz Fe
nocida“ y de que en la atmösfera flo¬
temar en serio a st misma y a los
nos absolutas y relativas, le ase¬
dinand no era muy querido, por nuc
otros: a si misma especialmente. El
tro pueblo, prosiguió el doctor Schn
guraba poscer la voce di Dio“ con taba aun todo ese pavorcso cuadro de
norte de Alemania nos encontraba
#er, y el tono de su voz bajó incon
tantos millones que no se saben a dön¬
pintorescos y nuestro pueblo no hi¬
que cada cantante se crec dotado.
cientemente a medida que se acerca
de han ido a parar.
z0 nada por sacarlos del error Du¬
al recuerdo de la guerra. Sin emba
Despucs de tanto bregar hemos vis¬
rante un tiempo fué moda entre los
go, su muerte causó una sincera p
Qulzá sea el buen Misa el que nos
perlodistas vieneses que eran co¬
to la primera parte de lo que tiene en
na. Antes de que Viena pudiese
ha trafdo el mejor consuelo al espi¬
rresponsales de diarios extranjeros,
vidarla, los acontecimientos se de
cartera, y eso es bueno, sin disputa,
tomar en broma todo lo que era de
arrollaron como despeßados por la ##
ritu.
porque gustó a todos y ademäs lo ase¬
nuestra cludad. De este modo, re¬
dera de una montafe
P * *
Taultó que ninguno de nuestros hom¬
gura el excelente senor Veiga, que es
Eres de talento era escuchado. Sin
Siempre he tenido la impresiön
embargo, entre ellos habia mentali¬
que nuestro pueblo aborrece elm
eren
Pero no
dades espléndidas
literiemo v si los asuntos internael
apreciados, hasta que el extranjero
nales hubiesen sido librados a su ci
tural, cambién conocfamos nuestra se.
’es daba el vista bueno. Gustavo Ma¬
terio, hubieran buscado una soluch
mana de trabajo. Perc, después de
hter pasó por esas, y centenares de
inenos salvale que la gnerra,
todo, no era muy abrumadora que di¬
los acontecimientos y läs instituch
hombre: de talento conocieron la
Gerres Uktrahjere
gamos. Los empleados eran abundan¬
nes los arrastraron a la guerra y Au
misma experiencia. El vienés siem¬
tes y la buena comida, los vinos es¬
tria fué unc de los primeros pals
pre estä dispuesto a aceptar las co¬
pirituosos y la cerveza eran baratos,
en sentir los horrores del conflict
DESDE VIENA
sas mediocres, no en la que es refiere
Y luego, no bien se retiraba el invier¬
a.l arte, porque su gusto en esto es! En Septiembre de 1914 los rusos 1
UNA ENTREVISTA CON ARTURO Ino tenfamos el Wiener Wald para
nuy refinado, sino en lo que se re- vadieron a Austria como ung’gran o
pasear y solazarnos. El vienés es la
SLIINITZLER
SETHEEENNIIHITIETLTTTATNHIEHTNEEHNHHEZBHEEÄHENEHHHEEEEA
Persona mäs amable yv encantadora,
cuando el sol sonrie. Posee una in¬
(Por Joseph Collomb)
clinacion especial para la risa, para
He tenido una entrevista con el
a melodia, para el arte, para las gra¬
Dr. Schnitzler. El hombre que ha sa¬
cias de la vida. Guando el sol son¬
bido representar en sus obras el espf¬
rie, repitió el Dr. Schnitzler.
ritu juvenil de la Viena de los bue¬
OT
Sin embargo, prosig.1t6, una de las
nos tlempos anteriores a la guerra,
c#ractericticas mäs constantes del
posee numéricamente 57 aflos. Zu
vienés es su propensiön a cambiar de
cuerpo es macizo, casi cuadrado y
bumor. El mundo moderno le ha re¬
por eso parece mäs bajo de lo que en
sorvado todas las preocupaciones de
realidad es. Pero su viveza mental,
la madurez. De todas partes los pro¬
que revela un gran espfritu de juven¬
blemas le asedian, problemas polfti¬
tud le dan el predominio de cualquier
Ccs. econômicos, sociales, raciales,
circulo. Sus ojos, de un color gris
que por otra parte son los mismos
nzul, son de expresiön cälida y bri¬
que estän quebrantando a pueblos
llante. Su abundante cabello castaflo
muchos mäs firmes que el austriaco.
y su barba bien recortada no dan in¬
Y de tal modo, la juvenil Viena de los
diclos en que fundar las conjeturas
dias de Anatolio desaparecié como un
sobre su edad, a pesar de que scn ya
suefio. Mucho antes de la guerra ya
bastente grises. Habla libero, con
ie parecia que Viena habfa cambia¬
buena dieciön y volubilidad y conti¬
do mucho. Qulzá sea porque ya soy
nuimente ameniza sus temas con mul.
viejo y veo las cosas distintas de lo
titud de recuerdos, Goethe, Schiller,
que son. Pero conozco muchos jóve¬
Lessing, Heine, George Bernard Shaw,
nes de ahora. Y me parece que la ac¬
Shakespeare (estos dos ültimos en
tual general se diferencla mucho de
alemán) se destacan en los estantes
la de Anatolio. Estas generacones de
de su biblioteca. A través de la ven¬
ohora están hechas de una pasta mäs
tana puedo echar una ojeada al bos¬
firme y söllda. Se han templado al
que cercano deträs del cual se pone el
fucgo y han sido batidas sobre el
sol. En otra direcciön se divisa el
gunque de los problemas econdmicos.
cerro y los techos de Viona. Una es¬
Desde el 80 nuestros jóvenes han te¬
tufa de porcelana blanca, los mue¬
nido que tomar posiciones y com¬
bles de obscura madera de rosal, un
batir en muchas guerras. Y na
tazön con geranios, los cuadros de la
me reflero a las guerras nacionales,
pared en todos ellos el crepüsculo de¬
xues a éstas los jóvenes las aceptan
Ja un matiz triste.
con gusto. Usted sigue a sus compa¬
ficros y asunto terminado. Pero cuan¬
—La Viena de Panatello''—me dijo
do se trata de guerra entre el clert¬
(Anatolio es uno de los personajes
calismo, el agnosticismo y el ateismo,
mäs difundidos de la obrt. del Doctor
entre ei capitalismo y el socialismo,
Schnitzler) vivic alld por ei 80. Era
entre el militarismo y sus opositores,
el tiempo de las facilidades econömi¬
la batalla se desarrolla en el seno
cas, cuando aun no habian llegado a
de las familias y los choques se produ
ser una obsesiön los actuales proble¬
cen muchas veces en el corazön y Ja!
mas sociates, cuando los encantado¬
mentalidad del joven. Ya na se trata
res y jóvenes holgazanes podian pros¬
de ceder al contagio. Se trata de
perar. En esa poca, la Viena alegre,
mantener sus ideas en los amargos!
ligera y graciosa que el extranjero
cenflictos del hogar, del taller, del
se imaginaba, era casi una realidad.
cfrculo de amigos. Huelgas y cam¬
Usted ha mencionado a Strauss, La
Taflas electorales, mitines y represio.
fnüsica de Strauss es como un trozo
nes, abusos de militarismo y los odios
de melodia que se escapa por una
gue entraflan, he aquf las cosa, que
puerta entreabierta. Viena tiene otras
han llenado el tiempo, los pensamien¬
mßtricas do vals, ademäs de la de
Strauss. El espfritu de Viena era el #tos y las emociones de los jóvenes.
espfritu de un joven en su asoleado Esto no qulere decir que no sigan
Cemingo de primavera. Como es na-Ijugando, porque esta actitud estä



todo
lona
lona