VI, Allgemeine Besprechungen 2, Ausschnitte 1920–1928, Seite 3

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en la sangre de cada vienés, pero ellos laciona a las tretas de los demagogos
Trera obtener popularidad. Hace poco
n0 Juegan ya con a vida.
tuvimos un burgomaestre que fus un
—Como usted ve, la ciudad ha
103
vordadero genio en este sentido: Co¬
crecido como un niflo cuyo desarrollo
nocia con exactitud los grados de lo¬
ha sido demasado räpido. En 1850,
Euro que hay en la mentalidad viene¬
in Viena cra na cludad relativamente be¬
st Y como podiar conmoveria, Como
queha, rodeada por und fortalcza! Ei
rcultado de esto, isu gopularidad cre¬
an
Crculo, que actualmente es la mejor
cid tanto que el propio Francisco José
arteria de la ciudad, era en ese tiem¬
Hior
se sentia celoso de los hurras que en
To un lugar al aire libre, de camino
un calle recibia este burgomaestre.
carretero, el campo, en fin, en 1890
Y todo lo consiguió con frases como
Mariailfestrasse era un suburbio. Hoy
el
es una de las calles donde mayor nü-Testa: La naturaleza sabe mäs que el
ral
mero de comerclos existen. La ciudad hombre si estuviese gravemente en¬
creció demasiado räpidemente, sulfermo, aceptaria mejor el consejo de
Fue
una mujer supersticlosa que el del
ropa le ha quedado chica. Vinieron
del
exigencias mucho mäs gesadas de las mäs sabio de los mnédicog“.
—Este es uno de los aspectos de
ell¬
que puede sobrellevar un espfritu ju¬
Viena. El otro esfel gran nümero de
venil. Y el resultado fué la confu¬
sus ibrersas.
siön, el dolor, las privaziones y todas
Cuando el doctor Schniztler dijo es¬
las penas con que se castiga la falta
to no pudo menos que pensar que ha¬
de experiencia. De muchas de estas
ie
bia tocado uno de los asuntos que mä:
rcosas Viena se ha curado. Pero no ha
me habfan llamado la stenciön al lie¬
recobrado su juventad zu Juventud li.
gar a Viena.
ger1, su imperturbable alegria.
Los viveres estän escusos, el papel
—Pero a pesar de todo, sepa usted
estä carfsimo, los harapos son preci¬
g#e el pueblo vienés no es tan super¬
sCS y, sin embargo, las librerias de
fieial como el mundo se lo imagina.
Ja ciudad aumentan enermemente sus
Ademäs de los valses de Strauss he¬
existencias. Y puede decirse que es
mos producido acero y aparatos de
cirugia, y hemos contribuido al pro- asombroso el nümero de libres que se
Texpenden bellamente ilustrados
greso de la ciencia de la eriminolo¬
Ahf tiene usted, prosiguió mi in¬
g'a. A veces se nos pone frente a los
ter locufor. De un lado una propen¬
alemanes para que sirvamos de con¬
siön a aceptar la medioere demagogia.
traste. Aquf hay que hacer notar una
Del otro, un sincero deseo por tener
ccra. Nos diferenciamos de los pru¬
lo mejor que ei arte y la ciencia pro¬
sianos, pues los alemanes del sur 80
duce. Estan dispuestos“ a reirse de
rtrecen bastante a nosotros.
Inuestros propios ftalentos y a acep¬
— El crecfmiento de Viena ha sido
tar inmediatamente los talentos del
extranjero.
laborloso, especialmente en un senti¬
do. Al prinelpio le costaba trabajo
—Er principe heredero Franz Fer¬
tcmar en serio a si misma y a los
dinand no era muy querido, por nues.
otros: a si misma especialmente. El
tro pueblo, prosiguió el doctor Schnit.
norte de Alemania nos encontraba
zier, yel tono de-su voz bajó incons¬
pintorescos y nuestro pueblo no hi¬
Nientemente a medida que se acercaba
z0 nada por sacarlos del error. Du¬
al recuerdo de la guerra. Sin embar¬
rante un tiempo fué moda entre los
go, su muerte causó una sincera pe¬
periodistas vieneses que eran co¬
na. Antes de qus Viena pudiese ol¬
rresponzales de diarios extranjeros,
vidaria, les acontecimientos se des¬
tomar en broma todo lo que era de
arrollaron como despeflados por la la¬
Unuestra cludad. De este modo, re¬
dera de una montafie
sultó que ninguno de nuestros hom.
Siempre he tenido la impresiön de
bres de talento era escuchado. Sin
que nuestre pueblo aborrece el mi¬
embargo, entre ellos habia mentali¬
dades espléndidas. Pero no eren litarismo y si los asuntos internacio¬
apreciados, hasta que el extranjerojpales hubiesen sido librados a su eri¬
es daba el vista bueno. Gustavo Ma-#terlo, hubieran buscado una soluciön
hter pasó por esas, y centenares de inenos salvale que la guerra, pero
di.
n-hombre: de talento conocieron la#los acontecimientos g las Institucio¬
Precio: 5
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44.4
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mnn
que parecia arrollailo todo. En Vie. Loc trabaladores estan organlzados Y
pueden hacerse oir de ind patronos.
La hubo un estreinecimiento.„Se de¬

perque siempre hay demanda de tra¬
Da huir o no, Algunas personas—
VEI
bajo, ha conseguldo hucerse pugur.
princialmente las muy ricas,—huye¬
Pero las artes, el luss, ies refina¬
FAL
ron en sus automöviles, como si la ri¬
mientos de la vida, erau cosus super¬
queza fuera propicit a la cobardia
fluns en esos tiempos. C.nozco faml.
Poro la mayor parte de la poblaciön
lias de medicos que aun hoy estan
permanecló en la capital. Algunos
padeciendo hamhre. Peri entre el
por orgullo, otro por fatalismo, mu¬
Gesesperante pobre y el que no lo era,
chos porque salir de Viena erd algo
surgió un nuevo criterio rspecto a
peer que cuaquier régimen impuesto
0 moral—y a lo inmoral. Hoy dia se
C
vor el enemigo.
oye decir a muchas personas, para
Los rusos n0 llegaron hasta Viena,
cias,
Justfficar alguna acciön., desde que
pero los vieneses conocieron las te¬
to de
se permite robar“
rribles consecuencias de la querra.
El doctor Schnizler completó la fra¬
A cada encuentro en el frente se nos
Id
se con un encogimiento de hombros
enviaba una verdadera cla de muertos
Sus palabras mie recordaron una 6s¬
y heridos. Y aquellos que no estaban
cena que habia visto st mahnna. Y
en la linea de batalla vacilaban bajo
A170
se la conté.
11 peso de enormes gravämenes. Pero
Por una de las princlpales calles
hasta 1915 no se conocieron mayor.
de Viena, iba lentamente un curro car.
wente las privacioncs. Ese aßo empe.
gado de carbön. Detrás de dl marcha¬
20 a escasear el pah y se gravó al
ba un hombre cubierto por un raido
Lieblo con algunos impuestos nue¬
Uniforme el soldado encargade de cus
vos. Pero Viena aün poseia sus en¬
todiar el carro segün pensé. Al pasir
contos y eso ayudaba a olvidar.
el soldado frente a mi vi que recogia
(Tneg, en 1917, hubo necesidad de
los pedazos de carbön que calau del
Freducir el alumbrado. Eso fué un
rab
carro y los metia en unt bolsa. Su
presagio desagradable. Los teatros
Unido
expresiön no revelaba la mnonor con¬
cmgezaron à cerrar temprano y Vie¬
ciencia de que estuviese haclendo
na sin sus luces y sus largas veladas
1 slguf
una cosa ilicita. Una vez llena la vol¬
teatrales no es Viena, la situaciön
tizado
ga, la pasaba a un soldado compafiero
cmpeoró cuando se dispuso que los
Buyo, quien le alcanzaba a una nueva
tranvias sölo funcionaran hasta las
700
24
Frimeras horas de in neche. Nucstritbeisa weid pard qus ia Heae. Na¬
pueblo es enormemente sociable y al die paraba mientes en lo que el Solda¬
igual de los jövenes le resulta intole-Ido hacia y si lo notaba de ningün me¬
do parecia censurarlo.
rable eso de acostarse temprano. Pa¬
M4
—Eso me dijo el doctor Schnizle¬
ra colmo, el precio de los viajes au¬
K
—es comün en Viena hoy dia. Pero
mentó y asf muchos vieneses tuvie¬
largos
nc es caracteristico de su mentalidad.
les
ron que renunciar a las visitas, a los
rüre
Sölo significa que su espiritu esté
teatros, a las reuniones en los cafés
errbotado
Despojado de todos los recursos
Y aniquilado? pregunté.
8.000 t0
gara olvidar las abrumadoras realida¬
EI espfritu de Viena jamäs puede
des, el pueblo de Viena se transformö
aniquilarse me dijo él con entusias¬
en una agrupaciön de personas tor¬
mo. Ann queda en él mucha juventud.
pes, desalentadas, sin ingenio, vacilan¬
Librelo usted de la carga que lo ago¬
tes Y vino luego un azcte terrible, el
bia. y lo verá resurgir. Necesita que
hambre
9.
un pais como Estados Unidos, lo tome
—Los viveres fueron agotändose y
de la mano. Y estoy seguro que pa¬
por otra parte los precios aumenta¬
gará bien este auxilio. Lo pagará con
ron hasta lo absurdo. El mundo que
bar
talento en todos los sentidos. Con su
pos rodeaba, adquirió fantästicsa
en Nuer
alta inteligencia en la industria, con
oroporciones. En todas partes se ad¬
entusiasmo en los trabajos que se le
vertia el vértigo que producian las
confien, con la amorosidad de la na¬
privaciones. Los grandes aconteci¬
1141
uraleza, con müsica y con litogräff¬
mientos no significaban nada; ung
Cos con ciencia moderna y con un se¬
corteza de pan, un zapato roto, un in¬
dicio de mal tiempo, todo. La termi-Jpuro eriterio para la belleza, con ma¬
quinarias, instrumentos de cirugia
naciön de la lucha no nos produjo ali¬
con decoraciones, arquitectura, con
vio alguno. Los precios segulan su¬
DER
biendo. La corona austriaca nada va-Itodo lo que una gran ciudad moderna
pueda dar al mundo, una cludad de
## en el extranlero. El extranjero ve¬
indomable juventud, madurada por
nie. Austria para comprarlo todo a
ror sus grandes pesares, templada
precios irrisorios.
per el fuego, con una sabiduria que le
— El contrabando de viveres para
el extranjero llegó a ser una fuente viene de aus sufrimientos. La Viena
de los dias ünicamente alegres, de los
de enormes ganancias. El agricultor
an etenla viveres los guardaba para ldias de Juventud alocada, ha desapa¬
recido. Pero depende de los aliados
renderlos al “schleichandler“ que los
que en su lugar se desarrolle una
compraba a precios enormes y ann
nueva Viena que en vez de ser una
ebtenia una ganancia exorbitante.
curga para el mundo se convierta en
Nuestro pueblo veia a sus hilos morir
una de las cludades mäs hermosas de
de hambre. Y en las grandes hoteles
y restaurants, asistia a la satisfacciön
Ia civillzaciön
de los “schiebers“ (especuladores),
bien comidos, cubiertos de joyas y de
pieles ya la placidez ie los “schelei¬
LOS CALLOS
chandlers“ que nadaban en la opu¬
lencia. Y esto les envenenaba la vi
HACEN COJEAR
da
Tener callos y sufrir aus dolcres,
—Y entonces, pregunté yo, por qué hablendo el PARCHE ORIENTAL'
el pueblo no deshacia a pedradus los
es bobo En tres dias qultan los ca¬
vidrios de los hoteles j restaurants
Ilos, sin dolor, ni pegarse la media
yre apoderaba de lo que pudiese?
y pudiéndose baflar los ples, pues no
Porque el pueblo de Viena no es
se caen. Pfdase en todas las Farma¬
de naturaleza explosiva. La violen¬
cias. Si su boticario no lo tiene, man¬