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2. Cuttings
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relemente. dulees como im erepüsenl
conocido e! Versalles de los Luises. Excen¬
Por ejemplo, no estaria mal exigir el
10. act0, aguel que ha vivido en la Viera peimavera, sin tragedias Fsin preochpacum
nombramiento de und comision (otra ins.
del siguiente dia. Es un mundo enya gran
imperial, en esn capital incomparah'e. St¬
pero esta debe ser gratuita # servir im a
tuada entre ei Norte sentimemal #ei Sur F pirtun 1zo gran desecto?) consiste en com¬
20, complesta de coiereiantes, maus¬
preiierlo todo g perdonarto todlo; que ante
imaginativo, entre el Oecidente positivo Y
tria’es, agriatttores, hembres de cienei,
el Oriente sohador; en la Viena de Francis¬
##allu'terio no levanta el punal, ni siquiera
artistas, artesanos y obreros, # elegida por
co Jose, ultimo refugto de Versalles, un
In voz; los esposos y los amantes Se Sepa¬
cllos mismos, para que examine los presu¬
Versalles mas intimo # aburguesädo, roden¬
#an con un gesto de dulce indulgencia, con
puestos de gastos partida per partida,)
do de ima atmosfera de gemütlichten ge
un sollozo reprimido en la garganta, cor
elimine ein pieciad toce lo que sohre. 10d0s
mänica, mezeladg con la graciosa wesin
los organismos inutiles creados en lo que
un pesar oculto en la mirada. Nada mas ie¬
meridional. armoniosa y superkeinl, dei
va de siglo, todos los funcionatios que no
jos de la literatura meridional, construida
sean absolutamente indispensab’es, ein fes¬
abate Metastasto, Fcon ### uire languido,
con palabras clochentes, con silogismos se-
peto a ningmnn elase de derechos ininsta¬
escapado de lat arcadas Horentinag.
veros e luminado por luz violesa. En
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mente adquiridos ni a los intereses eren¬
De esta Vienn adorable v desvanecidn
Sehnitzler todo es clarescuro, matik, deli¬
dos, porque no har intereses ni derechos
para siempre es posta Arturo Schnitzler.
eadeza; pa'abras pronunciadas a mitad:
mas sagrados que los de ia Patria.
de quien sus comjtriotas celebranel sesen¬
trares que se quedan emtre linens; un con¬
Cen esto v con presentar in miemaium
ta aniversario. Es pocta de ese persume unt¬
tins pasear en las lindes entre la reali¬
al Gobierno, sea el, que inere, para-que
co##e inconkundible que envolvio n la cindad
dad g lo irreal. de lo que el pocta säch su¬
lieve el plan reorganizador a la Practicaen
imperial, de esn sonrisa esceptien, aunque
efectos ma: bellos y mas personales. X si
el piazo de quince dias, estariamos al cabo
buena; cordial, nunque vesignada, de lo
tecnica, que a primera vista parece descui¬
de la calle.
vieneses; de su elegancia discreta, mas die
reglas del teatro convenciona!, e
dar las
st los perjudicados y los politicos sus
tingtda que la de Paris. Diserecion v die
en realidad mas sabia- mas cunlada, mas
amparadores se resistieran.,, la taren de
tinclön—dos conceptos que caracterizan mas
estundliada que todg ia de nuestres Scribe
rendir por hamhre a los que chupan es fü¬
gute ningun otro a la Vieng de antes de la
contemporancos. La labor del artista no no.
cilisima para los que tienen el hiberön en
guerra Fa la obra de Arturo Schnitzler.
es visihle; s0’o llega a nosotros la perfec¬
la mano
Viena * Schnitzler desconocen la voluntad
cion acabada, como en la belleza de minia¬
Siatsio DELGADO.
fuerte, la energia indomable, el gran gesto
tura de Du bist wie eine Biume.,, no senti¬
6.5— 1
tragien Todo esta dominado por una ele¬
mos el pulir, durante muchos meses, de
ganeia innata e involuntaria, que evita lo
Teine.
ARTURO
estridente, lo p’ebeyo, lo altisonante. El do¬
Toda esta delicha parece hoy como a’go
lor mas hondo se expresa por una Sonrisa
mug lefano; no han pasado aun mieve anos
SCHNITZLER
amarga entre lagrimas, por un ligero sus¬
desde las ultimas semanas de la paz P. se
piro pronto reprimido. Es un mundo cansa¬
Nesenn mähhlor dolore... „Que habran
diria Fa que meve lustros nos separan de
do por la alta cultura sccular, que desco¬
sentido les arstöcratas franceses al con¬
ellas. : Oue harian en la Viena de hov los
noce va el anhelo violento, la lucha despia¬
tempar las #etes champetres de Wattenn
personajes crcados por Schnitzler?; Dönde
dada por la existencia material; un mundo
hajo ei terror jacobino 6 en su campamen¬
estä el mundo delicado de Das zceite Land,
delicloso, que acepta la vida como un don
10 de Cehlenza? #Oué sentira la clase altn
este munde que para muchos de nosotros
concedido por los ciclos para gozar de ella
del Imperio austriaco al leer los libros de
fuc la misma vida y que va no volverà
armoniosa # discretamente, en placeres in¬
Schnitzler en su Patria, sumergida en la
nunca
telectuales Fartisticos, en amorios pocéticos
miseria? Tallerrand solia decir que no co¬
ANDars REVESZ.
#eia la duleura de #iir quien no habia y silenciosos, en amorios sin sensualismo


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MADRID. EN EI. TEATRO APOLG